Desde los años setenta gracias a Ritchie Blackmore y Rainbow, el Metal se ha asociado con diversos elementos medievales como caballeros, princesas, dragones y castillos. Entonces, cuando una de las bandas más grandes a nivel nacional como es Avalanch anuncia que va a tocar en auténtico castillo medieval, el de Arenas de San Pedro (Ávila), la velada promete ser épica como mínimo.
Poco antes de las diez de la noche, con todavía muy poca gente dentro del castillo, salía al escenario Profecía, una joven banda que desde Talavera de la Reina (Toledo) ofreció Folk Metal de calidad que gustó a quienes estuvieron al pie del cañón disfrutando de este primer concierto. Tras una intro en la que versionaron fragmentos de Juego de Tronos y Piratas del Caribe, descargaron temas como "Dulce Condena", "
Abuín" o "La taberna de los sueños rotos" en los que los elementos característicos del Heavy Metal se mezclaban con violines, gaitas y flautas.
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| Profecía: un pequeño grupo con grandes canciones |
Un rato después, los asturianos Edén hacían su aparición presentando su nuevo trabajo, titulado El Despertar de los Sueños. Cinco buenos músicos con una propuesta de Heavy más clásico con mucha garra y melodía, destacando especialmente para mi gusto la voz de Gaspar Braña. Muy destacado fue también el bajista Juanjo Díaz, quien se llevó numerosas ovaciones al grito de "¡Ese bajista!". Su última canción, "
Sangre de Metal" me gustó especialmente dada mi debilidad por todo aquello que suene a Heavy Metal hablando de hermandad y unión entre metaleros.
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| Edén: otro descubrimiento para la lista |
Acercándose la medianoche y con un cada vez más gente, Avalanch conquistó el Castillo del Condestable Dávalos. Con un Jorge Berceo (Zenobia) pletórico a la cabeza, los de Alberto Rionda presentaron su nuevo álbum El Secreto, así como otras canciones de anteriores trabajos.
Yendo directamente a la yugular, el sexteto abrió con "El Oráculo", tema inicial de su El Secreto y primer single de este,
videoclip incluido. El público enloqueció con cada canción que tocaban, bien fueran novedades como "Demiurgus", "El Peregrino" o "La Flor en el Hielo" o clásicos como "Xana", "Pies de Barro" o "Torquemada", que sorprendió a muchos fans ya que no es habitual verla en directo. Faltó, en mi opinión, "El Ángel Caído" ya que se trata de uno de sus grandes éxitos y de uno de mis temas preferidos, pero el repertorio fue igualmente increíble.
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| Avalanch conquistando el castillo |
Si el respetable disfrutó tanto con el repertorio, fue gracias al increíble talento de los músicos. Alberto Rionda y Jorge Salán a las guitarras son dos virtuosos de primera categoría tanto a nivel nacional como internacional y lo demostraron con sus numerosos y magníficamente bien ejecutados solos. Dirk Schlächter (Gamma Ray) me dejó impresionado a las cuatro cuerdas por su variedad técnica y por el impresionante solo que realizó. El teclista, Manuel Ramil, estuvo también fantástico en su actuación, culpable en buena medida del gran sonido que tiene Avalanch en el estudio y en los conciertos. Mike Terrana fue una bestia a la batería, aunque parecía enfadado por algo. Por último, pero no menos importante, Jorge Berceo (en sustitución de Isra Ramos por problemas de salud de este) al micrófono parecía tan emocionado por tocar en un castillo como lo está un niño en Navidad. Ofreció una sublime actuación gracias a su voz y su carisma, aunque al principio se confundiera al decir "Arenas de San Juan" en lugar de "Arenas de San Pedro", un pequeño desliz que rectificó posteriormente.
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| El maestro Alberto Rionda |
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| Jorge Salán: genio y figura |
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| Dirk Schlächter: amo y señor de las cuatro cuerdas |
Nada como una noche de buen Metal en un auténtico castillo medieval con, además, alguna graciosa anécdota que será recordada por todos con cariño. Tras el concierto, pude hablar con miembros de Profecía, Edén y Avalanch además de sacarme fotos con ellos y obtener mi ejemplar de El Secreto firmado, lo que resultó ser un buen epílogo.
Que vengan bandas de semejante calidad a Arenas de San Pedro no ocurre ni todos los días ni todos los años. Esperemos que lo vivido hace unos días con Avalanch y compañía no tarde en repetirse.
¡Rock On!
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